EL CABALLO PERUANO DE PASO
Durante la época de la conquista española, los caballos llegaron a Sudamérica con la llegada de Pizarro en 1531, procedentes de España, Jamaica, Panamá y otras áreas de Centroamérica.
En 1542, con la creación del virreinato de Nueva Castilla, las importaciones de caballos a Sudamérica aumentaron. Este virreinato se convirtió más adelante en el virreinato de Perú, que se convirtió en un centro importante de las nuevas colonias españolas en el siglo XVIII.
Ubicados en una nueva geografía y en caminos agrestes del terreno peruano, los caballos se utilizaron especialmente para realizar trabajos pesados en las faenas agrícolas y como medio de transporte. Los criadores peruanos se enfocaron en criar caballos con características específicas, como el paso, la conformación y el temperamento, adaptados a las diferentes regiones del Perú, desde la árida y caliente costa hasta las empinadas quebradas y el frío intenso de los Andes, así como a la agreste selva. Durante cuatro siglos, su dedicación para criar el mejor caballo de paso ha dado lugar al moderno “Caballo de Paso Peruano”.
En los primeros años del siglo XX, se produjo una disminución en el uso del Caballo Peruano de Paso en la parte meridional de Perú, debido a la construcción de carreteras que permitieron el transporte mediante vehículos. Muchos de los Caballos Peruanos de Paso fueron trasladados a las quebradas cercanas (valles). Fue en una de estas quebradas donde el criador Gustavo de la Borda encontró al caballo que se convertiría en el padrillo moderno más importante de la raza, Sol de Oro (Viejo).
El 24 de junio de 1929, el Concejo Distrital del Rímac en Lima organizó el primer concurso en la pampa de Amancaes. El evento se celebró en este escenario hasta 1939 y luego se reanudó en 1941 y 1942, con la variante de que el juzgamiento se realizaba previamente en la limeña Plaza de Toros de Acho, de manera que en el día de San Juan desfilaban solo los premiados y se exhibían durante la fiesta. Desde 1945 se llevan a cabo los Concursos Nacionales, principalmente en el mes de abril.
En 2003, por primera vez en la historia, la Feria de Abril de Sevilla, en España, la mayor concentración de coches de caballos en el mundo, contó con un invitado internacional: Perú. Seis elegantes chalanes y sus respectivos Caballos Peruanos de Paso emocionaron al exigente público de La Maestranza de Sevilla con sus andares. Los caballos peruanos acompañaron un carruaje cedido por el Real Club de Enganche de Sevilla y fueron los primeros en ingresar a La Maestranza, simbolizando la hermandad entre Perú y España.
Los Caballos de Paso ingresaron por la Puerta del Príncipe y, tras oírse los himnos nacionales de ambos países, desfilaron al ritmo de las canciones peruanas “José Antonio” y “La flor de la canela”. Esta atractiva demostración recibió un largo aplauso del público.
Después de más de cuatrocientos años, los criadores de Caballos de Paso han creado una de las razas de caballos más bellas. Han logrado una combinación excepcional de comodidad, rusticidad, fortaleza, longevidad, brío y belleza en una sola raza que produce el mejor caballo de silla del mundo: “EL CABALLO PERUANO DE PASO”.